miércoles, 27 de febrero de 2013

Entrega 92



Ello significó un golpe dolorosísimo, no sólo moral, sino también a la honra y a la reputación de la familia Ruiloba. Siendo una de esas familias ricas católicas, que era aceptada y reconocida como de la “alta sociedad”, como de la “gente decente”, le resultaba verdaderamente infamante lo que en los periódicos se llegó a publicar:
“AL DESCUBRIRSE EL CADÁVER DEL ING. ANTONIO RUILOBA
 SE ABRIÓ LA INCÓGINTA: ¿CRIMEN O MUERTE ACCIDENTAL?
“En todo el departamento “D” de la casa número 43 de la calle de Newton había sangre del muerto.- El cuerpo presenta escoriaciones.- ¿Llegó gravemente herido o allí lo remataron?- ¿Es un crimen o muerte por accidente o por enfermedad?-
“En forma por demás misteriosa y que hace suponer se trata de un negro crimen, murió el ingeniero Antonio Ruiloba González Misa, de 44 años de edad, cuando estaba en el interior de su casa en la calle de Newton número 43, departamento ‘D’.
“El cuerpo presenta sangre en la cara y también hay mucha de ella en distintos lugares de la casa donde ocurrió el deceso, lo que hace pensar en un crimen, por más que se asegura que el ahora extinto sufría de ataques epilépticos y esto bien pudo hacer que se golpeara contra la pared o algún mueble, y que ya gravemente herido llegara hasta su alcoba para tenderse  en la cama donde encontró la muerte.
“Fue hasta pasadas algunas horas después de ocurrida la muerte del profesional, que se descubrió su cadáver, dándose aviso de ello a la Novena Delegación del Ministerio Público cuyo personal se encargó de recoger el cuerpo para trasladarlo al Hospital Juárez para los efectos de la necropsia. Desde luego agentes de la Policía Judicial del Distrito y del Servicio Secreto han iniciado las investigaciones de rigor para descubrir la verdad de lo ocurrido, esperándose que los médicos legistas digan la causa exacta del fallecimiento.
“AVISO A LA DELEGACION
“El doctor y general Héctor Salas Manjarrez comunicó a la Novena Delegación del Ministerio Público que en el interior de la casa número 43, departamento ‘D’, de la calle de Newton, en la colonia Chapultepec Polanco, estaba un hombre sin vida, por lo que urgía la presencia de las autoridades en dicho lugar.
“Las autoridades de guardia en la Agencia del Ministerio Público, acompañadas del médico de la Cruz Verde y de los expertos en criminalística de la Procuraduría del Distrito, se trasladaron a la casa antes mencionada a efecto de iniciar las averiguaciones. El departamento donde ocurrió el hecho consta de cinco habitaciones y en una de ellas, destinada a recámara, fue encontrado, boca abajo, el cadáver del ingeniero Antonio Ruiloba González Misa.
“La almohada sobre la que recargaba la cabeza el ahora extinto, estaba manchada con sangre. La sábana estaba igualmente manchada, lo mismo que una toalla que estaba sobre las ropas de la cama. Al lado derecho de la cama, sobre un buró, las autoridades encontraron una copa que contenía residuos de una sustancia desconocida y un frasco pequeño con otra sustancia de color claro y un frasco a medio llenar con pastillas llamadas ‘Epamin’.
“Dentro de un cajón del mismo buró había una camisa blanca con un coágulo de sangre. El pantalón que tenía colocado el ahora extinto estaba manchado, asimismo, con sangre, y en sus bolsillos se encontraban los siguientes documentos: una libreta bancaria de depósito con cargo al Banco de la Propiedad, que ampara la cantidad de nueve mil doscientos pesos depositada  el día 7 del corriente mes; un talonario de cheques, el primero con la anotación de nulo y los siguientes con diversas cantidades; una tarjeta de circulación que ampara el automóvil Mercury placas de circulación 83-790, modelo 51, propiedad de Alfredo Videgaray Salas, con domicilio en la calle de Humboldt 30.
“Una vez examinados estos documentos, los expertos encontraron en la puerta que da a la calle, manchas de sangre a la altura de la chapa; en el pasillo que conduce de la recámara a la sala-comedor había unas gotas de sangre en el suelo y en el baño, así como en el lavabo. El médico de la Cruz Verde dijo que el cadáver tenía rigidez y presentaba sangre en la boca, la nariz y en los oídos, apreciándose una herida contusa en la región superciliar derecha, escoriaciones en diversas partes del cuerpo y equimosis óculopalperal derecha. Como no se podía saber de momento la causa de la muerte, se procedió a trasladar el cadáver al Hospital Juárez para su necropsia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario